¿Quién no se sorprendió en este último tiempo navegando en su celular de forma obsesiva buscando un sinfín de artículos o publicaciones negativas que, lejos ofrecer herramientas para tomar decisiones, provocan sentimientos de impotencia o tristeza? Esta práctica tiene nombre: doomscrolling.

En 2021, según Google Trends, esta palabra se buscó más que nunca en todo el mundo. Consiste en dedicar una cantidad excesiva de tiempo a leer informaciones negativas en las redes sociales. El algoritmo (fórmula para posicionar una página o contenido en Google), que se activa en cada uno de nuestros dispositivos, es el aliado perfecto para que esta práctica se transforme en un laberinto sin salida: mientras más clics hagamos, más noticias de la misma temática aparecerán en nuestra pantalla para retroalimentar el consumo informativo.

El COVID – 19 hizo lo suyo para que el doomscrolling se popularice, a tal punto que la Universidad de Cambridge terminó incluyéndolo en su célebre diccionario. Investigadores de la Universidad de Florida publicaron un estudio en la revista “Technology, Mind, and Behavior”, en el que concluyen que se trata de un comportamiento nuevo que tuvo un crecimiento exponencial durante la pandemia.

¿Por qué se dio este fenómeno? Graham Davey, investigador y docente en la Universidad de Sussex, tiene una explicación: “En los últimos veinte años se modificó el formato en que se presentan las noticias: cada vez son más visuales e impactantes, lo que provoca querer mirarlas indefinidamente. Por ende, también cambió su consumo. Esto, lamentablemente, fue en detrimento de nuestra salud mental”.

Según Davey, el doomscrolling puede desencadenar o agravar cuadros de estrés, insomnio, irritabilidad, humor inconstante, improductividad, aislamiento, ataques de pánico y comportamiento agresivo, entre otros. En esa línea, una investigación publicada en la revista “European Archives of Psychiatry and Clinical Neuroscience”, encontró una conexión directa entre la frecuencia, duración y diversidad de exposición a los dispositivos tecnológicos, y el aumento de síntomas de depresión y ansiedad.

¿Cómo hacer para no caer en el doomscrolling?

→ Cultivar el pensamiento crítico, para seleccionar la información y buscar alternativas: desde el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación aconsejan investigar la fuente de donde viene la noticia, verificar quién es el autor del artículo, leer la noticia completa (y no quedarse solo con el título o la imagen que acompaña al texto), confirmar que la fecha de publicación sea actual, y realizar una búsqueda en Google para chequear si la noticia está en otros medios de comunicación.

→ Limitar el uso del celular: el doctor Mike Brooks escribe en su blog de la revista “Psychology Today” que lo importante es identificar cuándo los efectos negativos de pasar tanto tiempo frente a una pantalla pesan más que los positivos. Por su parte, la organización norteamericana Digital Detox organiza retiros de yoga y meditación con el lema “desconectarse para reconectar”. Desde allí comparten datos alarmantes sobre la importancia de limitar el uso del celular: el 53% de las personas se despiertan al menos una vez cada noche para revisar sus teléfonos, consultamos nuestros celulares –mínimo– 150 veces por día, y el 26% de los accidentes de auto son provocados por usar el teléfono mientras se conduce.

→ Técnicas como el mindfulness y las actividades al aire libre contribuyen al pensamiento positivo: según la OMS, uno de cada cuatro adultos y cuatro de cada cinco adolescentes no realiza suficiente actividad física. Desconectarse de la rutina es clave para fomentar la vida social y al exterior. “La actividad física es fundamental para la salud y el bienestar, ya que puede ayudar a añadir años a la vida y vida a los años”, opina el Director General de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Series y documentales que reflejan el poder de las redes sociales

“Todo lo que haces en Internet es monitoreado y registrado. Hay equipos de ingenieros cuyo trabajo es usar tu psicología en tu contra”, dicen en el documental de Netflix, “El dilema de las redes sociales”. No es la única producción que intenta concientizar acerca de cómo nuestras emociones y comportamientos pueden ser manipulados con tan solo un clic. Te recomendamos algunos títulos para reflexionar y salirnos -o no- de la matrix.

→ Posverdad, desinformación y el costo de las fake news: el título del documental de HBO lo dice todo. ¿Cómo y de dónde nace la información falsa que circula en Internet? El rol clave de las redes sociales y sus algoritmos para hacernos
creer lo que no es.

→ Years and years: la miniserie británica aborda, entre otras temáticas, la distorsión de la realidad: el uso de redes sociales entre los adolescentes y los filtros que aplican a su propia imagen para ser o transformarse en «otros».

→ Black mirror: un clásico entre las series que reflejan el impacto negativo de la tecnología en nuestra cotidianidad. El capítulo «Nosedive» habla sobre la postura que adoptamos para agradar, conseguir un like o una buena crítica/reseña.

Redacción
Redacción
Periodista / Asesor de Prensa & Difusión / Director Periodístico Tecno & Medios.

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