Plataforma enseña gratis a programar y recién cobra cuando sus egresados ganan mas de mil dólares.

La start-up es Microverse, del argentino Ariel Camus, con base en San Francisco. El 95% de sus estudiantes, la mayoría africanos y latinoamericanos, consiguen trabajo luego de graduarse. El modelo se basa en el aprendizaje remoto y colaborativo. El sistema empieza a cobrar por la formación recibida cuando el usuario consigue un piso mínimo de ingresos.

La industria no para de crecer. Hacen falta desarrolladores, ingenieros y programadores que, constantemente, las empresas están intentando reclutar. Paradójicamente, en un mundo en el que el empleo no sobra, faltan expertos. La oferta laboral en el mundo de la programación y el desarrollo es tan grande que supera la demanda, dejando sin cubrir numerosos puestos.  Por ello es que cada vez más personas, de todas las edades, busquen instruirse y capacitarse para dejar sus carreras u oficios y embarcarse en el universo de la programación, el cual ofrece importantes remuneraciones.

La oferta de capacitación también es amplia. Existen academias pagas, otras personas se capacitan de forma autodidacta, por medio de libros y cursos gratuitos. Otros, eligen hacerlo  por medio de distintas ONG. También están disponibles diversos  programas gubernamentales. En ese universo se destaca Microverse, un emprendimiento con base en San Francisco, Estados Unidos, creado por Ariel Camus.

Camus ideó la plataforma luego de dar clases en Burundi, África, para formar una generación de programadores con estudios y empleos remotos.

Microverse es una start-up que propone aprender de manera colaborativa y con un plan de estudios  diseñado para que sus estudiantes puedan conseguir trabajo en  grandes compañías del mundo tecnológico. Lo que se busca es crear una nueva generación de programadores que no solo sean buenos en el desarrollo, sino que también se adapten al mundo del trabajo remoto.

En la actualidad hay mayor oferta en este tipo de puestos, que candidatos disponibles para ocuparlos. La mayor demanda explica los altos salarios. Allí encontramos la respuesta a por qué cada vez más personas buscan estudiar programación. También explica por qué en los últimos años surgieron tantos proyectos que tienen la intención de educar en este terreno, como es el caso de Microverse.

Por estos motivos, es entendible el éxito que está teniendo Microverse. La tasa de empleo de sus estudiantes dentro de los seis meses posteriores a la graduación es del 95 %, según se afirma desde la escuela. Muchos han llegado a trabajar  en empresas como Huawei, Mercado Libre, Deloitte, Microsoft, HSBC, entre otras. Para el final de 2021 esperan que más de 1.000 personas de 118 países hayan pasado por sus aulas.  La compañía está recibiendo un promedio de 10 mil aplicaciones por mes. El 75 % de los estudiantes viven en África y América Latina.

El creador y CEO de la start-up nació en Mendoza, creció en España después de que sus padres dejaran el país en 2001 y vivió, mientras trabajaba de manera virtual, por todo el mundo. Esto fue el impulso que recibió para la creación de Microverse.

La start-up trabaja con un modo de aprendizaje colaborativo. El foco de la experiencia no está en el profesor, sino en los estudiantes, que aprenden unos de otros. Las plataformas que permiten estudiar de manera remota proponen también un entrenamiento para trabajar en esa modalidad.

En el modelo de negocio de Microverse, que ofrece como un atractivo para formarse en esa plataforma, los estudiantes no pagan hasta que se gradúan y consiguen un trabajo de más de mil dólares mensuales. Una vez que el egresado empieza a ganar ese dinero ―un piso estimado en la industria―, le pagará el 15 % de sus ingresos a la empresa hasta alcanzar los 15.000 dólares.

Otras dos plataformas fueron la puerta de entrada al mundo de la programación para muchísimas personas: la ONG freeCodeCamp y la empresa Codecademy. Ambas funcionan de manera similar: enseñan desde cero los principales conceptos de programación y guían al usuario para que vaya aprendiendo desde lo más básico hasta cuestiones más avanzadas. La primera está más enfocada en el desarrollo de páginas, mientras que en la segunda se puede aprender no solo HTML, CSS y JavaScript, los lenguajes predominantes en la creación de sitios, sino también disciplinas más propias de la programación, como es el caso de Python o Java.

Redacción
Redacción
Periodista / Asesor de Prensa & Difusión / Director Periodístico Tecno & Medios.

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