(Fuente: La Voz del Interior) En una industria en pleno crecimiento, la inserción de la mujer sigue presentando desafíos. La experiencia de tres argentinas que dominan el ecosistema tecnológico.

Los  derechos de las mujeres y la igualdad de oportunidades en relación con sus pares hombres, siempre fueron temas espinosos en el mundo laboral. Si bien a lo largo de los últimos años la inserción de la mujer en el mercado de trabajo en todo el mundo fue constante y creciente, aún queda mucho camino por recorrer para poder hablar de equilibrio.

Incluso hoy no es extraño observar que la cantidad de mujeres se reduce a medida que se asciende hacia los niveles más altos de liderazgo. En el campo de la tecnologí­a, dominado desde siempre por el género masculino, si bien la tendencia respecto a la presencia de mujeres está en crecimiento, los datos muestran ciertas alertas.

La brecha: desde la formación hasta el empleo

Las últimas estadísticas de Chicas en Tecnologí­a, una organización argentina sin fines de lucro que desde 2015 busca cerrar la brecha de género en tecnología, evidencian las desigualdades de género que existen en la formación y trayectorias laborales. Según este último estudio, entre 2010 y 2016 se registraron apenas un 33 por ciento de mujeres como estudiantes en el sistema universitario tecnológico. A su vez, en los Últimos años sólo se recibió un 17 por ciento de mujeres, contra un 40 por ciento de hombres, en carreras de CTIM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática). 

El mismo informe subraya que, al intentar acceder y promoverse en una posición laboral, la mayoría de las mujeres enfrentan barreras vinculadas a estereotipos de género, como un ambiente masculinizado, ausencia de equilibrio entre la vida personal y profesional y diferencia en la valoración de las capacidades entre hombres y mujeres.

La situación en Córdoba

La realidad de las mujeres en tecnología de Córdoba, por ejemplo, no es ajena al desbalance de género global. Si bien existen estadísticas de empresas multinacionales, ciertamente no se sabe cuán desigual es la situación a nivel local y cuáles son los principales problemas para trabajar. Los testimonios de las mujeres dan cuenta de un doble esfuerzo (muchas veces no percibido) que deben realizar en sus ámbitos de formación y de trabajo para poder generar aportes o ser escuchadas y hacer valer sus intervenciones. 

«Desde mi posición como desarrolladora de software, puedo asegurar que somos menos de las que deberíamos. Y muchas veces estamos solas en ambientes altamente masculinizados», cuenta Milagro Teruel, licenciada en Ciencias de la Computación y cofundadora de Mujeres en Tecnología Córdoba, organización que promueve que más mujeres alcancen todo su potencial en tecnologí­a y facilita un espacio donde puedan confluir y desarrollarse diferentes iniciativas con objetivos afines.

«El contexto no acompaña y por eso es necesario generar datos, compartir buenas prácticas, acciones y recomendaciones para romper con estas barreras«, aporta Sofí­a Contreras, cordobesa cofundadora de Chicas en Tecnología.

Sofía fue seleccionada Global Shaper por el Foro Económico Mundial y líder iberoamericana por la Universidad de Georgetown, entre otras distinciones. Participa activamente en la comunidad emprendedora como mentora y speaker en materia de emprendedurismo, tecnología, género y desarrollo de empresas. 

La representación importa

En América Latina, sólo el 4 por ciento de las empresas tiene una mujer como gerente general, según datos de ONU Mujeres. «La poca representación de mujeres en el ecosistema tecnológico es sólo la punta del iceberg, tal vez porque es el aspecto más visible de la falta de diversidad general de los equipos de desarrollo«, opina Milagro Teruel.

Para Pamela Scheurer, oriunda de Jujuy, ingeniera en Computación y cofundadora y gerente de Tecnología de Nubimetrics (una plataforma de analytics de e-commerce), en cambio, siempre fue natural la relación del trí­o mujeres, mundo tecnológico y puestos de decisión.

«Cuando yo cursé mi carrera, más del 60 por ciento de las inscriptas éramos mujeres. Y cuando me recibí (15 años después), éramos cinco mujeres y un solo hombre. En mis trabajos en el área de sistemas en Jujuy, Tucumán y San Luis, siempre tuve jefas mujeres», explica.

Las jefas mujeres funcionan como líderes referentes para el crecimiento profesional. Quizás fue justamente gracias a ese camino rodeado de mujeres que Pamela se animó a perseguir su pasión y fundar una compañía exitosa que hoy no para de crecer. Por eso está muy comprometida con el empoderamiento de las mujeres como base fundamental de la movilidad social ascendente.

De todos modos, Pamela admite que hay cambios que tienen que ocurrir inevitablemente en el mundo, los cuales deben ser liderados por las propias mujeres. Esos cambios incluyen visibilizar modelos de rol femeninos, fomentar e inculcar el trabajo en equipo desde niñas, cambiar la victimización frente a los estereotipos de género por una actitud propositiva y animarse a tomar riesgos y aprovechar oportunidades.

Un futuro prometedor

Las mujeres consideran que tienen un aporte diferencial para realizar la formación en las disciplinas CTIM respecto de sus pares varones. Destacan la creatividad, el apoyo al trabajo en equipo, la organización y sistematización del trabajo y el sentido de responsabilidad. 

Una investigación llevada a cabo por Booking.com arrojó que los niveles de satisfacción entre las mujeres que trabajan en la industria tecnológica mejoran a medida que progresan sus carreras, lo que influye de manera positiva en su intención de seguir en este sector.

Entre 2006 y 2016, según un estudio reciente de LinkedIn, aumentó en un 18 por ciento la presencia femenina en cargos de responsabilidad en la industria tecnológica mundial. 

Como subraya Sofí­a Contreras, este es uno de los momentos más propicios a nivel mundial para acceder a oportunidades en el sector tecnológico.

«La tecnología es la respuesta a muchos de los problemas de la humanidad«, dice Pamela Scheurer, quien agrega: «Justamente la tecnología no entiende ni de barreras geográficas ni de género, por el contrario, democratizó el acceso a las oportunidades. Confiemos en nuestras capacidades y animémonos a ser protagonistas del cambio y de nuestro futuro».

Las mujeres del sector tecnológico están comprometidas a lograr la permanencia dentro de esta industria y a incentivar a las próximas generaciones para que hagan lo mismo. Están asumiendo el liderazgo al luchar por su desarrollo en el sector y aprovechando el rol que pueden tener en el desafío por lograr la diversidad de género

La inclusión digital de la mujer puede contribuir a catalizar la equidad más amplia en las dimensiones social, económica y política beneficiando a la economía en su conjunto. El empoderamiento de las mujeres dentro de la industria y la mejora de su representación y participación en todos los ámbitos de la vida, es fundamental para demostrar que ellas tienen el poder de elegir y definirse a sí mismas. 

Beneficios y becas para mujeres

Para que la situación de un giro, son necesarios programas que promuevan y que incluyan a mujeres en carreras científicas y de ingeniería. Desde inicios de 2016, se abrió una línea de trabajo de política pública que se denomina Agenda de Género en Ciencia y Tecnología.

Dentro del sector privado, instituciones como Acámica están trabajando en la perspectiva de género con programas de becas para mujeres de la mano de organizaciones comprometidas con la diversidad y la inclusión como Globant y Chicas en Tecnología.

En Córdoba, comunidades como Mujeres en Tecnología Córdoba organizan encuentros y capacitaciones gratuitas todos los meses. 

(Fuente: La Voz del Interior)

Redacción
Redacción
Periodista / Asesor de Prensa & Difusión / Director Periodístico Tecno & Medios.

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